Un interesante artículo sobre la reciente embestida de Microsoft contra el Software Libre, y sobre las patentes del Software en general.
En los últimos días, la conocida empresa de software Microsoft declaró que el sistema operativo libre GNU/Linux supuestamente violaba más de 200 de sus patentes; y que esa era la razón de su alto nivel de calidad, por el cual hoy lo usan la mayor parte de las grandes organizaciones.
Aunque afortunadamente todavía no existen patentes de sofware en nuestro país, consideramos que es importante aclarar en esta ocasión algunos conceptos sobre este tema, y explicar por qué razón las patentes de software resultan muy nocivas para cualquier sociedad.
Antes que nada, recordemos que una patente es algo muy distinto del derecho de autor (o copyright): mientras que el copyright concede derechos exclusivos al creador sobre su obra en particular (un libro, una pintura, un software, etc), una patente «protege» algo tan general como un método, un proceso, un estándar, o hasta un concepto.
Para dar un ejemplo, el copyright impide que copiemos una novela de García Márquez -sin una licencia de su autor-, mientras que una patente impediría crear cualquier otra novela que se basara en el concepto de «realismo mágico». Y hasta podría existir otra patente mucho más general, que restringiese la creación de cualquier «novela».
Si bien las patentes presentaron cierta utilidad, especialmente para algunas invenciones de existencia física, y dentro del marco histórico en el que fueron concebidas -siglos XVI y XVII-; jamás fueron un elemento determinante en la historia de la mayoría de las artes y de las ciencias, que afortunadamente siempre se desarrollaron sin esta clase de restricciones.
No patentó nunca Newton las ideas que luego revolucionaría Einstein; mucho menos tuvo que pagar regalías Marx para discutir las teorías de Adam Smith. Y por supuesto que jamás enfrentó un juicio Dalí porque André Breton hubiese patentado el Surrealismo. Otro sería el mundo que nos rodea, si las cosas hubiesen funcionado de esa forma.
Y en el ámbito del software, el obstáculo de las patentes resulta aún más grave que en cualquier otro, ya que un programa de computadora es una combinación compleja de cientos de algoritmos, funciones, patrones y formatos. Por eso hoy resultaría casi imposible escribir un programa nuevo, sin reutilizar muchísimos elementos ya descubiertos hace tiempo.
Es por eso que el software nunca ha sido patentable en casi todo el mundo, incluyendo la gran mayoría de los países europeos. Y ni siquiera en los EEUU -hoy el gran impulsor de las patentes de software- existieron hasta los años ’70-’80; con un crecimiento exponencial desde finales de los ’90.
Articulo completo en la Web de SOLAR (Software Libre Argentina): http://www.solar.org.ar